El mundo se desmoronaba poco a poco al comprobar día tras día que mi maravilloso hijo se escurría de entre mis manos, se escapaba sigilosamente abandonando todo lo que había aprendido hasta ese momento. Había sido atrapado por un inesperado alud de tinieblas llamado autismo.

Y se hizo la luz

Bienvenidos a este blog. Espacio dedicado a la discapacidad en general, pero mas concretamente a los trastornos del espectro autista (TEA ). En él, trato de reflejar mi experiencia como profesional de la educación y madre de una persona con autismo.



20/3/10

COMPARTIENDO TAREAS DEL HOGAR


Hace tiempo que no escribo nada sobre mi hijo, he decidido ir intercalando entradas actuales con otras que se remontan a su infancia, por eso hoy quiero compartir con todos vosotros/as la agradable mañana de sábado que he pasado con mi hijo Juan Luis. No hemos hecho nada especial, pero lo hemos compartido casi todo, sin más, de una forma tranquila, pausada y sentida.
Esta mañana nos hemos levantado los dos con una actitud sosegada y abierta hacia el otro; hemos dejado aparcadas las preocupaciones, los nervios, las prisas... y nos hemos dedicado a hacer cosas de la casa entre los dos, sin agobios, sin exigencias perfeccionistas -que tanto le alteran- sino por el mero hecho de compartir y disfrutar de esos momentos de ocupación y satisfación por sentirnos útiles, el uno al otro, y por poder compartirlo, que no es poco.

Lo primero que hicimos fue el desayuno, juntos lo preparamos y juntos lo tomamos los dos. Después le dije que necesitaba su ayuda porque tenía muchas cosas que hacer y le pregunté si me quería ayudar, él rapidamente me dijo que sí y enseguida empezó a inspeccionar con la mirada buscando por donde empezar la faena. Nos dispusimos a poner la lavadora: seleccionamos la ropa blanca, pusimos el detergente y el suavizante entre los dos y él la puso en marcha. A continuación nos subimos a hacer las camas, no veáis lo bien que se hacen las camas entre dos, uno por cada lado; aquí Juanlu demostraba que sabía lo que se hacía, no me iba a la zaga en ningún momento. Yo estaba asombrada, no porque lo supiera hacer -eso ya lo sabía- sino por lo tranquilo que estaba y lo metido en la tarea, además se le veía satisfecho. Después, el recogió toda la ropa sucia y la bajó al lavadero, sin que yo le dijera nada. Poco después le indiqué que se duchara y lo hizo bastante bien, controlando el agua caliente y enjabonándose sin apenas indicaciones. Acto seguido le afeité, como siempre con cuchilla, con mucha calma y él se terminó de arreglar y vestir. Era la hora de sacar la ropa de la lavadora, cargar otra y poner la secadora, otra vez lo hicimos entre los dos.
Mas tarde nos dispusimos a preparar la comida: Juan Luis peló y cortó los ajos y las zanahorias en trocitos muy pequeños, con mucha calma se afanó en su trabajo hasta que dio buena cuenta de tres zanahorias y cuatro ajos; mientras tanto yo hacia lo propio con el puerro, pimiento y tomate.
Seguimos haciendo faenas en la cocina, pues mientras yo continuaba con la comida, él me colocó el lavavajillas de por la noche, y me fregó a mano los vasos y platos del desayuno. A continuación sacamos la ropa de la secadora y la volvimos a cargar con la lavadora terminada, después cargamos otra tercera lavadora y nos fuimos a doblar la ropa seca que acababamos de sacar; lentamente estuvimos doblando las sábanas entre los dos y la ropa pequeña él solo, después subimos a guardar la ropa interior y dejamos la de la plancha. Llegados a este punto Juan luis me pidió un caramelo, se daba cuenta que lo estaba haciendo muy bien y eso se merecía una recompensa. Por supuesto que le di permiso para que lo cogiera, se lo había ganado.
La mañana continuó con otras tantas secadoras y lavadoras y sus correspondientes tandas de ropa para doblar y el resto del tiempo se nos fué en organizar los armarios de la cocina distribuyendo la compra y terminó la mañana con la actividad de poner la mesa, cosa que hizo él solo, porque está acostumbrado a hacerlo.
Quizás me haya extendido mucho en enumerar todas las actividades, y no hayáis llegado leyendo hasta aquí, pero quería que percibierais la secuencia de actividades y la diversidad de las mismas.
La clave ha estado en que lo hemos hecho recreándonos en la tarea, dejando que él fuera protagonista y no simplemente un instrumento que obedece órdenes. Durante todo el rato hemos estado hablando, yo mucho más que él, pero la comunicación no ha faltado en ningún momento. He disfrutado viéndolo integrado, activo y con una serenidad que no es muy frecuente en él. Confieso que en algunos momentos se me caía la baba, disfrutando de la compañía de mi hombretón haciendo estas cosas tan insignificantes; en cierto modo me he sentido una privilegiada por poder compartir momentos así, entonces he sentido que no me importaba ninguna otra cosa, no había nada mas importante, sólo disfrutar de esos instantes en los que siento que estamos plenamente conectados, casi como si fueramos uno. Para mí, eso es la felicidad.


8 comentarios:

sarah dijo...

Qué maravilla! es una gran cantidad de cosas las que compartieron. Yo hago ésto con mi hija, según como esté de concentrada y hay cosas que no le gusta hacer. Es como si fuera por momentos.
Por cierto, la foto está estupenda también!
abrazos

rosa dijo...

Que linda foto la de Juan Luis ayudando en los quehaceres domesticos , te felicito por el logro!!!! besos

Marina dijo...

Qué bueno, no cualquiera puede decir que comparte los quehaceres del hogar con un hijo, mucho menos si es varón!!! Te felicito, la foto lo demuestra todo :)
besos

Betzabe dijo...

Juan Luis esta enorme y muy guapeton, jijiji que bueno que le agrade compartir los quehaceres domesticos, la verdad es que eso es felicidad poder compartir con los seres queridos. Un abrazo, hermosisima entrada amiga.

Hope dijo...

Menudo día! Desde luego q es colaborador y lo bueno es lo q comentas, q él disfruta y a ratos lleva las riendas, tienes una joyita!

Besos

Juani dijo...

Es verdad Hope, es muy colaborador y cuando el disfruta para mí, no hay nada igual, es todo lo que deseo: su felicidad. Gracias por leernos y por tus comentarios.
besos.

Toñi Sempere dijo...

Hola Juani, acabo de ver tu blog en mis seguidores, le cliqué para corresponder tu amabilidad y he descubierto tu lucha, tus sentimientos, tu dolor, y a tu hijo, me he quedado sorprendida, no quiero ni imaginar tus noches, tus preocupaciones, tus pensamientos...
Tengo un familiar cercano con una hija autista, además de un severo retraso, y sé lo difícil que es , para ella lo fué mucho, ella tiene 34 años ya, y te puedes hacer una idea de lo que tuvo que luchar su madre hasta dar con un diagnóstico y una escuela adecuada.
Me alegra haberte conocido, un abrazo para ti y para tu hijo.Besos

Juani dijo...

Gracias Toñi por pasarte por aquí y por regalarme tus palabras y tu comprensión. Pareces que conoces nuestra lucha, que ha sido muy dura para quienes tenemos los hijos mayores (antes era todo diferente).
Entré en tu blog, ya sabes, porque uno te lleva a otro y me ha gustado mucho por eso decidí hacerme seguidora.
Nos leemos. Un beso.